miércoles, 2 de marzo de 2022

Estas son la Iglesias que hay en Ucrania


Ucrania es un auténtico puzle religioso, con distintas confesiones ortodoxas y católicas. La mayor parte de sus 41 millones de habitantes son ortodoxos. Pero la Iglesia ortodoxa cuenta allí con varias ramas, fruto de los avatares histórico-políticos vividos en el siglo XX: hay una Iglesia ortodoxa ucraniana dependiente del patriarcado de Moscú, una Iglesia ortodoxa nacional (desgajada de la anterior tras la independencia de la Unión Soviética en 1991), y una Iglesia autocéfala nacida antes, tras la revolución soviética de 1917, la mayoría de cuyos fieles viven fuera del país.

La Iglesia ortodoxa nacional, a cuya cabeza se halla el metropolita Epifanio, obtuvo en 2019 del patriarcado ecuménico de Constantinopla el «tomos» de autocefalia, es decir, el reconocimiento como Iglesia patriarcal nacional. Ello trajo consigo una ruptura de relaciones entre los patriarcados de Moscú, que no reconoce esa autonomía, y Constantinopla. Desde entonces, en las liturgias de la Iglesia ortodoxa rusa ya no se menciona al patriarca ecuménico Bartolomé, primus inter pares entre las Iglesias ortodoxas, como se venía haciendo hasta entonces. Con aproximadamente la mitad de todos los fieles, la rusa es, con diferencia, la de mayor peso en el mundo ortodoxo.

Aunque no hay datos oficiales, se calcula que la Iglesia nacional ucraniana cuenta con el respaldo del 34% de los ortodoxos del país, mientras que los seguidores ucranianos del patriarcado de Moscú estarían en torno al 30%. Uno de cada tres fieles, en cualquier caso, no se decantaría por ninguna de las dos o le daría igual.

Católicos de rito bizantino y de rito latino:

Los católicos, por su parte, son minoritarios. Representan alrededor del 10% de la población si se suman los greco-católicos y los latinos. La Iglesia greco-católica, de rito bizantino, es una de las 21 Iglesias orientales vinculadas a la Iglesia católica a través de la Congregación para las Iglesias Orientales. Se trata de la célebre Iglesia «uniata», una denominación esta de carácter despectivo utilizada por los ortodoxos, que consideran que ha traicionado su esencia y renunciado a su identidad al aproximarse a Roma.

La Santa Sede, en cambio, ve en ella, al igual que al resto de Iglesias orientales, un instrumento muy valioso para el ecumenismo, un puente entre el mundo católico y el ortodoxo.

La Iglesia greco-católica ucraniana está liderada por el arzobispo mayor de Kiev-Halyc, Sviatoslav Shevchuk. Este fue elegido por el Sínodo en 2011, siendo refrendando después su nombramiento por el Papa Benedicto XVI.


La Iglesia católica ucraniana de rito latino tiene menor presencia que la anterior. Su restauración se produjo en 1991, tras la desintegración de la Unión Soviética. En la actualidad consta de una archidiócesis (Lviv) y de seis diócesis: Kiev-Zhytomyr, Kamianets-Podilska, Odessa-Simferopol, Lutsk, Mukacheve y Kharkiv-Zaporizhzya.
Visita de Juan Pablo II

La Santa Sede ve en Ucrania una especie de «laboratorio» de ecumenismo. San Juan Pablo II utilizó esta expresión en su viaje al país de 2001. En su visita, la salida internacional número 94 del pontificado, Karol Wojtyla acudió a Kiev, Lviv, Bryukhovyche y Sykhiv. Hasta ese momento ningún Pontífice había acudido a la que pasa por ser la cuna del cristianismo ruso. Y después de él, ningún otro Papa lo ha vuelto a hacer: ni Benedicto XVI, ni Francisco.

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