miércoles, 2 de marzo de 2022

Celebran un rito islámico-cristiano en la iglesia parisina de San Sulpicio

 


En la mayor iglesia de París, San Sulpicio, se ha organizado una jornada de oración cristiano-musulmana que se ha traducido en un curioso rito sincrético. No todos los celebran.


Fue el 6 de febrero, con motivo de la Jornada Mundial de la Fraternidad Humana, y tenía como centro a María, a quien, según afirman los organizadores, “los musulmanes tienen una gran veneración”, siendo “la única mujer mencionada en el Corán, preservada del pecado desde su nacimiento, modelo de fe en Dios y madre de Jesús. El Corán incluye una historia de la Anunciación, donde el ángel Gabriel se aparece a una joven virgen, María, para decirle que milagrosamente dará a luz a un hijo que será una señal y una misericordia dada al mundo por Dios”.

Pero todo el evento traicionaba lo incongruente de este ‘hermanamiento’. Desde el púlpito, un musulmán predica al “profeta” Mahoma, que no es un profeta para los cristianos y que niega la Divinidad de Cristo.

Igualmente choca oír en una iglesia cristiana, no digamos en la mayor iglesia católica de un centro de la catolicidad como es París, la recitación de la Fatiha, la primera sura del Corán. Más tarde, una musulmana con el prescriptivo hiyab, recita la sura coránica relativa a la Anunciación. Más tarde se recita la Basmalá, “que la paz sea sobre el profeta Mahoma así como con todos los profetas y mensajeros”. ¿Qué sentido tiene esta profanación en el lugar santo, en el mismo altar sobre el que se celebra cada domingo (normal) el Sacrificio Incruento de la Cruz?

En San Sulpicio, por cierto, ya se ha habilitado una capilla permanente para la oración musulmana. Imaginamos que de un momento a otro la gran mezquita de París anunciará la creación de un espacio para que recen en él los cristianos.

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