martes, 26 de mayo de 2020

EL CATOLICISMO EN MÉXICO.


                      


                                          Por:  Antonio Flores Galicia

   Mucho cuidado, porque engañan las apariencias. Al catolicismo no lo debemos medir con las apariencias, sino debemos tener siempre presente la realidad, cómo eran las personas a las que les habló Cristo y cuál era la verdad que les daba, lo que debían hacer o quitar. Tenían muchas doctrinas fuertes por sus tradiciones y lo que Dios les dio por medio de los Profetas y Moisés. Debemos analizar las teorías sociales, sus tecnologías, que les producían ilusiones. Cuánto se desequilibra la verdad y se crean hasta otras religiones.

Tengamos en cuenta los mitos sociológicos de los primeros católicos, sus teorías sobre la secularización que muchas son falsas. Entendamos el problema de la secularización, donde predomina la lógica del “anti”, es decir conceptuar la relación entre secularización y religión como una negación en la cual se identifica que el triunfo de una de las partes es el declive de una de las otras. 

A mediados del Siglo XX, la sociología anunciaba el triunfo de la modernidad sobre el paulatino de lo religioso y el debilitamiento de la religión y los sociólogos, al ver que la religión no sólo no había desaparecido, sino que convocaba movimientos de masas y cada día se hacía más notoria en los asuntos de interés público, denunciaron el retorno de lo religioso en el mundo moderno y actualmente se habla de secularización. 

Pero la realidad de los procesos de transformación de lo religioso y la modernidad en la sociedad contemporánea, creó ideas verdaderas y convenencieras o sin la ciencia debida.

Pero la Iglesia católica, no solamente no ha desparecido, sino se han tenido religiosos intelectuales y de conducta potente ante los oponentes. Sin embargo existen científicos y potentes religiosos y científicos que quitan y ponen lo necesario. 

Pero tengamos presente que la religión no es el mundo ni el centro de él. Sin embargo existen “eclesiósferas” donde el cristianismo existe vitalmente habitado y domina regiones sagradas en la vida social. 

Es fuerte en la educación y las parroquias son espacios de lucha, ciencia y normalidad de vida. Tiene un monopolio social en diversos lugares y momentos con monopolio en el bautismo, la primera comunión, el matrimonio y los sepelios. La cultura popular, los desfiles, la música y las modas son expresiones religiosas del catolicismo.

Pero tiene otras potencias: El periodismo, la radio, la televisión, los eventos sociales en los pueblos y ciudades. Muchas veces se tienen potencias en lo referente a la sociedad. Cuánta potencia tiene en las elecciones del Presidente de la República y los gobernantes y en las visitas de importantes funcionarios de otros países, como el Papa y en la canonización o fundación de reglamentos y hasta en aspectos deportivos y sociales. 

Por eso los católicos deben actuar con cuidado, porque la sociedad la hacemos todos y somos los responsables de ella.

Tengamos mucho cuidado de nuestras prácticas. Porque cada vez son más potentes las actuaciones de los católicos y los aspectos políticos. Recordemos que en la sociedad que formamos y de la que todos somos responsables, unas personas son católicas y otras están contra el catolicismo, hay religiosos y gobernantes.

Se tienen reglamentos y leyes en ambos campos. Por lo que es importante siempre tener ante nosotros el bien y el mal, lo que debemos hacer o quitar, sin luchas ni conveniencias sino siempre actuar con la verdad.

El valor y necesidad de lo que debemos hacer o quitar, no está en quien lo dijo o lo inventó, sino en lo que es. Parroquias dicen y hasta con aparente seguridad de que el santo patrono, la imagen que allí se venera es más milagrosa que otras con el mismo nombre.

Dos parroquias vecinas hasta se pelean porque dicen que la Virgen de Asunción es más milagrosa que la otra y eso de las peregrinaciones a pie para obtener un miagro y van con la querida para dormir juntos. Me consta y es mucho de esto. 

Lo importante es siempre actuar con la verdad, sin gustos y conveniencias. Si no me creen háganlo, pero quiten las maldades y desviaciones religiosas. Controlemos nuestro mundo, teniendo presente siempre la verdad y quitando desviaciones y conveniencias.

   Controlemos nuestra ciencia, ideas, gustos y costumbres. Siempre: Soy católico mexicano.


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