Por: Antonio Flores Galicia
Mucho cuidado, porque engañan las
apariencias. Al catolicismo no lo debemos medir con las apariencias, sino
debemos tener siempre presente la realidad, cómo eran las personas a las que
les habló Cristo y cuál era la verdad que les daba, lo que debían hacer o
quitar. Tenían muchas doctrinas fuertes por sus tradiciones y lo que Dios les
dio por medio de los Profetas y Moisés. Debemos analizar las teorías sociales,
sus tecnologías, que les producían ilusiones. Cuánto se desequilibra la verdad y
se crean hasta otras religiones.
Tengamos en cuenta los mitos sociológicos de
los primeros católicos, sus teorías sobre la secularización que muchas son
falsas. Entendamos el problema de la secularización, donde predomina la lógica
del “anti”, es decir conceptuar la relación entre secularización y religión
como una negación en la cual se identifica que el triunfo de una de las partes
es el declive de una de las otras.
A mediados del Siglo XX, la sociología
anunciaba el triunfo de la modernidad sobre el paulatino de lo religioso y el
debilitamiento de la religión y los sociólogos, al ver que la religión no sólo
no había desaparecido, sino que convocaba movimientos de masas y cada día se
hacía más notoria en los asuntos de interés público, denunciaron el retorno de
lo religioso en el mundo moderno y actualmente se habla de secularización.
Pero la realidad de los procesos de transformación de lo religioso y la
modernidad en la sociedad contemporánea, creó ideas verdaderas y convenencieras
o sin la ciencia debida.
Pero la Iglesia católica, no solamente no ha
desparecido, sino se han tenido religiosos intelectuales y de conducta potente
ante los oponentes. Sin embargo existen científicos y potentes religiosos y
científicos que quitan y ponen lo necesario.
Pero tengamos presente que la
religión no es el mundo ni el centro de él. Sin embargo existen “eclesiósferas”
donde el cristianismo existe vitalmente habitado y domina regiones sagradas en
la vida social.
Es fuerte en la educación y las parroquias son espacios de
lucha, ciencia y normalidad de vida. Tiene un monopolio social en diversos
lugares y momentos con monopolio en el bautismo, la primera comunión, el
matrimonio y los sepelios. La cultura popular, los desfiles, la música y las
modas son expresiones religiosas del catolicismo.
Pero
tiene otras potencias: El periodismo, la radio, la televisión, los eventos
sociales en los pueblos y ciudades. Muchas veces se tienen potencias en lo
referente a la sociedad. Cuánta potencia tiene en las elecciones del Presidente
de la República y los gobernantes y en las visitas de importantes funcionarios
de otros países, como el Papa y en la canonización o fundación de reglamentos y
hasta en aspectos deportivos y sociales.
Por eso los católicos deben actuar con
cuidado, porque la sociedad la hacemos todos y somos los responsables de ella.
Tengamos mucho cuidado de nuestras
prácticas. Porque cada vez son más potentes las actuaciones de los católicos y
los aspectos políticos. Recordemos que en la sociedad que formamos y de la que
todos somos responsables, unas personas son católicas y otras están contra el
catolicismo, hay religiosos y gobernantes.
Se tienen reglamentos y leyes en
ambos campos. Por lo que es importante siempre tener ante nosotros el bien y el
mal, lo que debemos hacer o quitar, sin luchas ni conveniencias sino siempre
actuar con la verdad.
El valor y necesidad de lo que debemos hacer
o quitar, no está en quien lo dijo o lo inventó, sino en lo que es. Parroquias
dicen y hasta con aparente seguridad de que el santo patrono, la imagen que
allí se venera es más milagrosa que otras con el mismo nombre.
Dos parroquias
vecinas hasta se pelean porque dicen que la Virgen de Asunción es más milagrosa
que la otra y eso de las peregrinaciones a pie para obtener un miagro y van con
la querida para dormir juntos. Me consta y es mucho de esto.
Lo importante es
siempre actuar con la verdad, sin gustos y conveniencias. Si no me creen
háganlo, pero quiten las maldades y desviaciones religiosas. Controlemos
nuestro mundo, teniendo presente siempre la verdad y quitando desviaciones y
conveniencias.
Controlemos nuestra ciencia, ideas, gustos y
costumbres. Siempre: Soy católico mexicano.